La enseñanza de la tecnología digital en esta era de la Revolución 4.0 es un gran problema porque involucra especialmente a los particulares.
Cuando la industria privada se involucra en la educación se presentan diversos conflictos, pero especialmente se trata de conflictos de interés.
Este conflicto se basa en el beneficio económico que no tiene entre sus objetivos principales el beneficio social en general y el de los estudiantes en particular.
Esta relación de las Escuelas y Universidades con las empresas privadas, se realizan a través de contratos o convenios que por lo general son exclusivos, es decir, que no permiten a otras empresas del mismo tipo celebrar una relación similar con dichas instituciones educativas.
Este conflicto de interés equivale a las fuerzas que se presentan para ofrecer servicios públicos, pero en esos casos existe una convocatoria abierta, una etapa de recepción de propuestas y un panel de expertos que decide cuál es la más recomendable. Cosa que no sucede con los convenios "educacionales".
Esto forma parte de la dependencia tecnológica de nuestros países, pues nos ofrecen tecnologías propietarias que impiden escudriñarlas, hacer mejoras o aprender su lógica. No sorprende que a pesar de que la tecnología digital está revolucionando la industria, los países en desarrollo no colaboran en su evolución.
Las Carreras no Tecnológicas
En el caso de estas carreras como arquitectura, ingeniería o el diseño cuyos estudios no son tecnológicos, sino utilizan a la tecnología digital como herramienta, el problema es mayor. Equivale a exigir que la escuela compre una marca de lápiz o de papel para poder ofrecer sus cursos o no permitir que los estudiantes utilicen otras herramientas que no aparezcan en la lista de materiales.
En apariencia no es es un tema preocupante, porque se supone que los estudiantes utilizan la herramienta para realizar sus prácticas y son capaces de adaptarse a cualquier otra fácilmente. Pero cuando vemos que las empresas ofrece empleos exigiendo el uso de ciertas herramientas, es como pedir que el empleado solamente sepa trabajar con un tipo de materiales de construcción y como si a la empresa no le interesen otros más eficientes o nuevos.
Esta situación se presenta tanto en equipos electrónicos, en sistemas operacionales y aplicaciones de informática. La dificultad estriba en que no está estandarizada la tecnología, hay tantos y tan diversos fabricantes que el alumno ve reducida su capacidad para operar otros equipos (que tienen la misma función básica) y no muestra interés por investigar nuevos productos pues le fue impuesta una tecnología oficial.
El resultado tangible es el escaso interés en crear tecnología propia en dichas carreras, pues todo lo reciben hecho (aunque no sea apropiado) y los profesionales solo están a la expectativa que las nuevas versiones les resuelvan sus necesidades particulares y al arbitrio de sus políticas.
El Software Aplicado
El mayor desafío lo observamos en el software para diseño y construcción. Debido a su complejidad y al largo proceso de desarrollo que ha llevado, sus costos son muy altos, fuera de la capacidad de compra para las empresas constructoras de nuestro medio y la dificultad para recuperar la inversión.
Esto conlleva al uso de copias ilegales que provoca dos efectos: por un lado la protección excesiva de los desarrollos (que impiden hacer ingeniería inversa o generar mejoras) y por otro el mantenimiento de precios elevados por las ventas perdidas a causa de las licencias plagiadas.
Con relación a los países desarrollados, en general llevamos un rezago tecnológico considerable, pero en relación a la Revolución 4.0 es posible que en poco tiempo sea insólito pensando además en la integración de fabricantes, contratistas y personal operativo que vendrá.
El futuro deseable del software aplicado, es el licenciamiento abierto, que significa que su código está disponible para que los usuarios comunes propongan mejoras y usuarios avanzados en temas de programación puedan implementarlas. Desafortunadamente cuando una tecnología se registra como marca, impide su libre difusión (no necesariamente gratuita). Provocando en el usuario una actitud de confort: "hago lo que me permite hacer el software" o "todos lo hacen de esta manera" aunque pudiera lograr mucho más en términos de calidad, confiabilidad y diseño.
El problema inmediato es el elevado costo de la tecnología para los profesionales independientes que están sujetos al valor de marketing que se permite por los usuarios cautivos o sea las empresas obligadas a pensar que la marca es un estándar de la industria e impedir la libre competencia del mercado.
El Valor de la Capacitación
En promedio, las empresas de la industria AEC (arquitectura, ingeniería y construcción) consideran un gasto prescindible la capacitación del personal, en parte porque sus antecedentes provienen del trabajo maestro-aprendiz que en esencia es totalmente práctico y se da en el trabajo mismo. También las Escuelas y Universidades le facilitan esta labor a través de los convenios con fabricantes quienes entrenan a los estudiantes en tecnologías propietarias no necesariamente apropiadas, es decir arrinconan a las empresas a aplicar la tecnología que le interesa a las marcas y no necesariamente al mercado de construcción.
Por otro lado es comprensible que las empresas deban invertir mucho dinero en equipos y en personal que deben recuperar con trabajos cada vez menor rentables, pero su inercia de negocio (el modo tradicional de hacer el trabajo) no les permite mejorar sus utilidades por causa de los retrasos, desperdicios y pérdidas que se producen por falta de la planificación adecuada.
Ante esta problemática la única solución es la capacitación en la tecnología adecuada, esto significa que cuando a los estudiantes se les motive a conocer nuevas técnicas, nuevos métodos y nuevas herramientas estarán en posibilidades de cambiar la rentabilidad de la industria. Actualmente la oportunidad de la difusión de nuevos conocimientos por Internet ponen al alcance del estudiante todo un mundo de posibilidades que no conoce y lo motiven a descubrir y proponer nuevos desarrollos.
Comparada con la industria manufacturera, que lleva décadas de anticipación, la capacitación es una exigencia en todos los sentidos (mental, psicológico, habilidades y laboral) y la mejora continua es un estándar incuestionable pues es el único camino para lograr los objetivos de maximización de beneficios acorde a la búsqueda de la mejor calidad en los resultados.
La industria AEC debe buscar nuevos desarrollos, mayor innovación y alternativas para resolver los problemas urbanos por las decisiones de épocas pasadas. La tendencia en los nuevos métodos de trabajo se basan en el trabajo en equipo (BIM), anticipación de fallas (VDC), planificación anticipada (BIM 4D), control de presupuestos (BIM 5D), sustentabilidad, administración de operación, análisis energético, etc.
Sin embargo falta mucho por hacer en términos de aplicar nuevas soluciones, involucrar al cliente (usuario), resolver problemáticas de poco beneficio (como la construcción popular) y llevar servicios a poblaciones marginadas.